Ayer, después del encuentro disputado entre el Real Madrid y Granada (3-0), en la zona mixta, Cristiano Ronaldo declaró que no había celebrado sus goles porque estaba triste. El portugués, según parece, tiene problemas con los compañeros, con el equipo o con cualquier otra cosa de aspecto profesional que desconocemos. Sólo su agente y Florentino, con quien mantuvo una reunión el mismo día que el equipo blanco fichó a Essien, conocen sus problemas. Aunque todo apunta a que quiere un aumento de sueldo o a que no ha ganado el premio al mejor jugador UEFA, yo digo ENVIDIA. Podréis tacharme de antimadridista, de culé o de lo que queráis, pero la cruda verdad es que Cristiano es inferior a Messi. Eso es algo innegable.
Las imágenes hablan por sí solas. Se evitan. No se pueden ver. No se aguantan. La rivalidad sana que tenían se ha visto influenciada por los medios de comunicación, que siempre han estado hablando de lo mismo: que si Messi es mejor, que si Ronaldo marca más goles, que si uno no destaca con su selección pero el otro sí, que si Ronaldo es un chulo, etc, etc, etc.
Pero cómo puede una persona que cobra más de 11 millones de euros al año estar triste. ¿Cómo puede uno de los mejores jugadores del mundo ponerse triste por chiquilladas? ¿Cómo se puede ser tan egocéntrico? ¿No piensan esta clase de personas en la gente normal, los que están sufriendo en estos duros tiempos de crisis? ¿No hay gente muriéndose de hambre en África? Eso sí es para ponerse triste, para recapacitar un poco sobre lo que uno tiene y sobre lo que uno necesita. Los niños de África no tienen NADA y aún así, se lo pasan pipa jugando a este bello deporte, mientras que Cristiano, que cobra desmesuradas cantidades de dinero por jugar a lo que les gusta, NO está contento sólo porque hay alguien que es mejor que él o por cualquier otra trivialidad
¿Es o no es para reflexionar un poco?
Cuidemos lo que tenemos que es único, y si lo perdemos es difícil recuperarlo.